Onil es Mostra. 2021

El pasado fin de semana, del 9 al 12 de octubre, se celebró en Onil el evento «Onil es Mostra», una feria de actividades en la que, como el propio nombre indica, nuestra localidad da a conocer su comercio, cultura, deporte, gastronomía, museos…

Para esta edición tan especial, en la que podemos sentir que podemos volver a disfrutar de vivencias pasadas, el CIMO ofreció un concierto de pasodobles en el que como novedad se quiso mostrar a los componentes que han tenido la oportunidad de dirigir o han realizado estudios de dirección musical. Así, tuve la suerte de volver a dirigir a mis compañeros músicos y compartir esta inolvidable experiencia con los otros directores invitados: Marcos Pérez, Fernando Timoneda, Borja Bellvert, Sergio Moles y Carlos Esteve, director titular y artífice  de que todo saliera a pedir de boca.

El lugar de realización de dicho concierto no podía ser mejor, nuestra Plaza Mayor, a los pies del emblemático Palacio del Marqués de Dos Aguas, con un público entregado para escuchar al CIMO, para disfrutar de una maravillosa actuación y volver a revivir los conciertos que solíamos realizar al aire libre antes de que la pandemia paralizara gran parte de las actividades culturales.

Pero, ¿cómo hacer un concierto de pasodobles sin caer en la monotonía? Con una selección de diferentes estilos que este gran género musical ha ido actualizando con el paso de los años. Un pasodoble histórico, mediterráneo, local, de inspiración de melodías populares, regional, fallero, sinfónico, dianero, festero, de zarzuela… Podríamos haber incluído varios estilos más, pero con un total de  10 para poder empezar la temporada era suficiente, sobretodo viendo piezas tan interesantes en el repertorio como «Puenteareas», «Amado» o «Turégano».

Cabe destacar también un estreno, el pasodoble «Trío de Ases» de nuestro queridísimo compositor local Salvador Vidal Llorens. Esta pieza, la cual describe el autor como «pasodoble flamenco», nos deleita con una copla para dos trompetas y trombón a solo (algo poco típico en los pasodobles) que sería interpretada de forma magistral por Marcos Pérez, Manu Blanes y Pablo Vidal, además de la inestimable colaboración de Borja Bellvert con el cajón flamenco.

MUSICAL APOLO

En mi caso, la elección la tuve clara desde el principio; Musical Apolo, uno de los grandes pasodobles del maestro Amando Blanquer Ponsoda. En esta pieza el compositor alcoyano muestra ya una madurez exquisita que le valió el Primer Premio del Concurso del Ayuntamiento de Alcoi del año 1956, debiendo su nombre a su banda, el Círculo Musical Apolo, Banda Primitiva de Alcoi. Es un pasodoble fresco, de estilo festivo y con un cierto carácter andaluz por el uso que hace el autor en algunos momentos del modo frigio y de la típica cadencia andaluza. Además, el tema empleado en el «trío» es uno de los más sencillos pero a la vez más bonitos que podremos encontrar en cualquier pasodoble que escuchemos a lo largo de nuestra geografía. Una primera sección con el timbre de bombardino, saxos tenor y alto, introduciendo en la segunda a fliscorno y clarinetes 2º y 3º, y dejando a bombardino y saxo tenor con un contracanto en blancas cromáticas descendentes (cómo suena esta progresión!) para finalizar el tema otra vez con estos intrumentos en su tesitura aguda.

Si con 21 años fue capaz de escribir una pieza tan brillante no podemos extrañarnos de que el maestro Blanquer sea considerado uno de los más grandes compositores españoles de la segunda mitad del s. XX, además de permitirnos a los amantes de la música para la fiesta de moros y cristianos disfrutar de un buen puñado de obras escritas para este género como Tarde de Abril, Aleluya, Any d’Alferes o Marxa del Centanari.

LA DIRECCIÓN

Fue en el año 2006 cuando comencé a estudiar dirección con uno de los MAESTROS que más han marcado mi trayectoria musical, José R. Pascual-Vilaplana. Primero en su localidad, Muro, posteriormente en La Pobla del Duc y finalmente, años más tarde, en Otos pude aprender de quien considero uno de los mejores pedagogos que he encontrado en mis años de aprendizaje musical. Gran compositor, grandísimo director, pero sobretodo gran persona. Nos acercó desde un primer momento la música para banda con los compositores clásicos, nacionales, internacionales y los más actuales.

Y es en Muro, en sus primeras clases donde empecé a trabajar el pasodoble «Musical Apolo», una obra que había escuchado e interpretado varias veces pero en la cual no había profundizado hasta encontrar todo lo que nos muestra esta pieza.

A partir de aquí empecé a interesarme más de lleno en la música de Blanquer y fue cuando me propuse estudiar y analizar las marchas «Tarde de Abril» y «Marxa del Centenari» para posteriormente escribir la que sería mi primera marcha mora «D’Or i Argent» en homenaje al compositor alcoyano.

Curiosamente, en el año 2012 participé en el curso de dirección musical que se realizó en Busot, y que estaba impartido por Ignacio García Vidal. La casualidad hizo que una de las piezas del repertorio de dicho curso fuera «Musical Apolo» y tuve la gran suerte de poder dirigirla en el concierto de clausura del curso que se realizó en el auditorio de la Casa de Cultura de Busot. Además, dirigiendo a la U. M. de Busot, una banda a la que había tenido la oportunidad de dirigir un año antes con una de mis piezas, el pasodoble «Cacín».

Cabe decir que desde finales de 2009, cuando finalicé mi estancia como director titular de la Banda Jove del CIMO, tan solo había tenido la oportunidad de dirigir tres o cuatro veces al año, y siempre había sido con alguna de mis composiciones. Por ello, después de un largo periodo de inactividad musical, tanto a nivel compositivo como de director (más de 10 años sin coger la batuta de seguido) fue un verdadero placer y un gozo enorme poder subir a la tarima, preparar el gesto y dar comienzo a un momento que como he dicho anteriormente, puedo describir como memorable: Lugar, Música, Músicos, Momento…

Creo que ahora ya ha llegado la hora de decir: VOLVEMOS A RENACER.